El mantenimiento preventivo tiene un enfoque proactivo hacia el mantenimiento e implica cuatro elementos de acción clave que se deben tener en cuenta para realizar un plan: inspección, detección, corrección y prevención.
Inspección:
Las inspecciones son una parte necesaria del mantenimiento preventivo y ayudan a las empresas de dos formas.
Detección:
Operar sin una debida detección y con un enfoque de funcionamiento hasta que se produzca la falla puede terminar costando a la empresa un dinero significativo, por lo que muchos departamentos de mantenimiento industrial eligen utilizar un enfoque preventivo para el mantenimiento.
Corrección:
El mantenimiento preventivo estimula a los técnicos de mantenimiento a adoptar un enfoque proactivo respecto al cuidado del equipo y a corregir los problemas antes de que se produzcan.
Prevención:
La prevención dictamina que los encargados del mantenimiento pueden combinar los registros de inspección y las notas de mantenimiento para aprender de los errores del pasado y corregir los problemas repetidos con el equipo. La prevención de las fallas de los activos reduce el estrés y aumenta la productividad de los equipos de las instalaciones.